enero 29, 2009

CATEGORÍAS DE PRODUCTOS INDUSTRIALES

El punto de partida central para efectuar una clasificación de productos industriales lo constituye el hecho de que estos productos poseen funciones que se experimentan durante el proceso de utilización. Son por tanto, importantes para una observación matizada, la intensidad y el tipo de relaciones entre usuarios y productos industriales, particularmente durante su uso: es esencial:
Cómo se experimenta el proceso de uso
Qué significa el producto para el usuario, qué valor tiene para él
Cuántas personas distintas utilizan un prodcto
Si el producto es vivido como propiedad (por ejemplo, aparatos caseros) o queda como copropiedad indefinida (por ejemplo, equipamentos públicos)

Al clasificar los productos industriales atendiendo a las relaciones entre usuario y producto, se distinguen las categorías siguientes:
Productos de consumo (que tras su uso dejan de existir)
Productos de uso I: productos para uso individual
P de uso II: por determinados grupos
P de uso III: productos con los que el público apenas tiene relación

PLUSVALÍA

Los productos alcanzan mejor éxito cuando prometen al consumidor una utilidad adicional, cuando poseen una plusvalía. Esta plusvalía puede consistir en que:

- Gracias al correspondiente empaquetado, el producto se conserve fresco por más tiempo.

- Se simplifica el consumo del producto.

- Después del uso el empaquetado no representa ninguna carga para el entorno.

- El empaquetado puede usarse después para otros fines.

Por ejemplo, en relación a estos aspectos, el café es un producto que debe conservar el aroma durante el proceso de consumo. Esto es importante especialmente si el consumidor se hace moler el café en grano de la tienda. Por este motivo en muchos tostaderos de café empaquetan su producto en latas o cajitas que conservan el aroma. También las galletas precisan un empaquetado especial para que se conserven largo tiempo frescas y secas.

Muchos son los ejemplos sobre cómo facilitar el proceso de consumo mediante una configuración consciente del producto de consumo o su empaquetado. El empaquetado del te en finas bolsas de papel se ideó para facilitar el consumo, relegando a segundo término el complicado proceso con el colador de metal. Otra muestra la constituye el anillo tirador para abrir latas de pescado, bebidas, etc., que ha convertido en superfluo el abrelatas tradicional.

También se reconocen las ventajas de que un empaquetado se configure de modo que tras el consumo del producto no signifique ninguna carga para el entorno, pues la cantidad de desperdicios no aprovechables ha ido tomando proporciones inquietantes. Este problema podría resolverse con la utilización de un plástico que se disolviera después del consumo, es decir, que se destruyera. Actualmente se está trabajando en ello, mostrando ya los primeros ensayos algún éxito.

Esporádicamente se encuentran productos empaquetados de tal forma que después del consumo del propio producto, el empaquetado puede ser utilizado para otros fines. El envase de mostaza que después puede ser usado como vaso para beber es un ejemplo.